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Tu carrera es tu obra

Una Carta Mensual por Lizandro Samuel

Circulo Amarillo and Lizandro Samuel

sep 14

Durante parte del siglo pasado se debatió sobre si se podía separar al autor de la obra. Esa conversación, que se creyó superada, hoy día no lo está tanto. La cultura de la cancelación, la censura en el sistema educativo de varios países y el hecho de que hoy tengamos tanta información a la mano tan rápido han hecho que se vuelva a discutir al respecto.

De nada de eso trata esta carta.

De lo que quiero hablar aquí no es de que tu obra y  –literalmente tú, la persona– son lo mismo, pues no creo que sea así. Sino cómo, en una era líquida en el que algunas fronteras se borran, tu carrera –es decir, quien eres en el ámbito profesional– forma parte esencial de tu trabajo literario.

Tengo año pensando sobre esto. En 2020 leí un artículo, muy crítico, en el que el autor explicaba cómo estábamos entrando en una época en la que un escritor o escritora podía vender más si su imagen pública resultaba simpática.

Para esta persona, eso era lamentable.

Supongo que esto tendrá sus pro y sus contra, en todo caso sí me gustaría puntualizar que, aunque nos engañáramos un poco, siempre ha sido así. El Boom latinoamericano estuvo muy apalancado en las personalidades de sus exponentes, por ejemplo.

Así como la decisión de comprar cualquier producto está más ligada a las emociones que nos despierta que a un proceso de razonamiento, nos simpatizan más o menos ciertas obras artísticas en función del contexto que las rodea. Y la imagen pública de la persona que la creo hace parte del contexto.

Lo que pasa, claro, es que hoy día tenemos más información sobre el autor/autora que antes y más herramientas/recursos para manipular esas imágenes.

Es decir, estamos más expuestos a ciertas caras de la verdad y también a ser engañados.

No fue sino hasta que leí Curso de escritura creativa, de Brandon Sanderson, que terminé de darle forma a las ideas/opiniones que tenía al respecto.

Allí él, hablando de lo duro que resulta triunfar en el mundo literario, invita a los escritores a considerar que sus carreras son su obra. 

Y, claro, todo me hizo sentido.

Es verdad que, al estilo de Rulfo, puedes publicar un libro que sea un parteaguas en tu vida. Pero parte del proceso de lograr contacto con los lectores y de tejer una relación con ellos pasa por la suma de cosas que construyen una imagen pública: entrevistas, redes sociales, logros, noticias, etcétera.

Conozco una chama que dice que le encanta el trabajo de Jorge Carrión, aunque nunca ha leído sus libros. 

Sí lo sigue en redes con fervor, lee sus textos en prensa, escucha sus charlas. Le parece un pensador destacado, alguien con un punto de vista que a ella le interesa.

Eventualmente se comprará un libro de Jorge. O no. Lo que sí es claro es que todo lo anterior es parte también de la obra del creador.

Yo soy de la idea, es verdad, de que cada producto artístico debe defenderse por sí mismo. Estoy convencido de eso. Caso contrario, se trata de un producto defectuoso.

Eso no me impide entender que la circulación de ese producto por el mercado depende de un montón de cosas más allá de su calidad per se. Lo mismo que su capacidad de lograr trascendencia.

La música me parece un ejemplo interesante. 

En el siglo XX muchos proyectos musicales estaban ligados a ideologías muy marcadas, varios confrontaban cosas puntuales y otros tenían una propuesta de rebeldía construida desde la oposición a algo. Se hizo, como en todas las épocas, mala y buena música.

Me resulta interesante escuchar, por ejemplo, la propuesta de varias bandas muy relevantes, aún hoy respetadas, y darme cuenta de que más allá del contexto del momento, al margen de su postura rebelde o ideológica, sencillamente se puede concluir que sus letras son artísticamente defectuosas e inmaduras.

Es decir, parte de su éxito se debió a lo que pensaban más que a su talento en sí mismo.

Podría poner muchos ejemplos.

Me leí Rayuela ya adulto, bien entrado el siglo XXI, y me pareció que había envejecido mal. A diferencia de muchos de los grandes cuentos que escribió su autor.

La otra cara de esta reflexión es el alivio y la paz que da soltar las creaciones propias.

Sí, empecé a sentirme más tranquilo como escritor, cuando renuncié al apego hacia muchas de las cosas que escribía y empecé a concebirlas como piezas –todas importantes y valiosas, pero piezas al fin– de algo más grande.

Mi pasión por la literatura no empieza ni acaba en un libro/historia en el que haya puesto todo mi corazón y dedicación, sino que inicia en las cientos de página sin sentido que he escrito, en las decenas que sí lo tienen y quizá nunca se publiquen, en los premios en el que he triunfado y en los que he fracasado, en las entrevistas que he dado y en las que he hecho, en las idioteces que han salido de mi boca, pero también  en las personas que me han dicho lo mucho que les han ayudado mis clases, en las historias que escribí, en las que escribo y en las que escribiré. En estas cartas, en mis tuits, en lo que escojo publicar –y callar– en Instagram.

Todo eso hace parte de la obra en la que trabajo día a día.

Todo eso forma parte de la obra de un escritor o escritora.

Mi primer taller presencial con Círculo Amarillo

Y como ya era hora de darle otra dimensión a mis talleres, les cuento que dictaré el primer taller presencial de Círculo Amarillo. Serán mis primeras clases cara a cara desde 2019, aquél lejano año en el que aún era editor en jefe de Revista OJO y jamás hubiese pensado que estaba a poco más de un año de crear una productora como la que hoy llevo adelante junto a Blanca Hurtado.

El taller será una nueva edición de Cualquier estilo es bueno, menos el aburrido. Serán seis sesiones en el Centro Comercial La Colina, en San Antonio de Los Altos. Empezaremos el 10 de octubre y finalizaremos el 14 de noviembre. Días jueves, de 5:00 pm a 7:00 pm.

Es decir, es un taller propicio para todos los que viven en La Gran Caracas y en Los Altos Mirandinos (Venezuela).

La inscripción son 60$. Ah, y contamos nada más con 12 cupos.

Esto es posible no solo a Círculo Amarillo, sino a los amigos de Aponrroy, una productora de marketing digital que se empeñó en llevar esto adelante. 

Si quieren inscribirse, pueden escribir al correo inscripcionesc.amarillo@gmail.com

Periodista: Enrique Raúl Vivas Pino

CNP: 15.730

Soy Comunicador Social egresado de la UCSAR Mención Comunicación Organizacional