
Amancio dijo ¿Cómo estás?
Tenía tiempo que no te escribía por acá, la verdad estuve de gira un mes por Colombia. Luego te cuento un poco de ese magnifico viaje.
Por ahora recibe este artículo que está recibiendo muy buena acogida en en mi cuenta de LinkedIn.
La tecnología sin las personas no transforma nada
Si estás liderando una empresa en plena transformación digital, sabes que no es fácil. Todo cambia: procesos, tecnología, estructuras… y sobre todo, las personas. Hay resistencia, hay estrés, hay incertidumbre. Y tú, como líder, estás en el centro de todo, buscando un equilibrio entre lo tecnológico y lo humano para que la empresa no solo sobreviva, sino que prospere.
Pero detente un momento.
¿Cómo estás abordando este desafío?
¿Solo con estrategias, métricas y herramientas digitales?
Si es así, tal vez estés dejando fuera lo más importante: la gente. Porque la transformación digital, en su esencia, no se trata de tecnología, sino de personas que usan la tecnología para crear algo mejor.
Peter Drucker lo dijo claramente: “Ninguna organización puede ser mejor que la gente que tiene”. Y es cierto. Puedes tener los sistemas más sofisticados, las herramientas más avanzadas y las estrategias más disruptivas, pero si tu equipo no está preparado para la transformación, no servirá de nada.
Durante décadas, la gestión de personas ha evolucionado. Pasamos del “Departamento de Personal” a “Recursos Humanos”, luego a “Capital Humano” y “Talento Humano”. Pero el nombre no es lo importante. Lo que importa es la visión: ¿Cómo hacemos que la gente sea el motor de la transformación en lugar de la barrera que la detiene?
Ahí es donde entra tu papel como líder. No solo debes preocuparte por la implementación de nuevas tecnologías, sino por la adaptación de las personas. Tienes que convertirte en un facilitador de la transformación, alguien que ayude a tu equipo a comprender los beneficios de la digitalización y los motive a aprender constantemente.
Liderazgo en tiempos de transformación digital
El cambio genera miedo, y el miedo paraliza. La resistencia al cambio es una realidad con la que te enfrentarás en cada etapa de la transformación digital. Algunos empleados temerán perder sus empleos, otros se sentirán inseguros con las nuevas herramientas, y muchos simplemente preferirán seguir haciendo las cosas “como siempre”.
Aquí es donde tu liderazgo se pone a prueba. Necesitas ser un comunicador efectivo, alguien que explique el “por qué” del cambio y cómo beneficiará a todos. La transparencia es clave. Las personas necesitan entender que la transformación digital no es una amenaza, sino una oportunidad para mejorar, crecer y ser más competitivos en el mercado.
También debes demostrar empatía. La digitalización puede ser desafiante, especialmente para aquellos que han trabajado durante años con métodos tradicionales. Apóyalos con capacitaciones, acompáñalos en el proceso y celebra sus pequeños logros. Un equipo motivado y bien capacitado es mucho más propenso a abrazar el cambio que uno que se siente ignorado o desechable.
Aprender para liderar, liderar para aprender
Aquí es donde entra en juego el aprendizaje. Una empresa que no aprende, está condenada al estancamiento. Pero ojo, no estamos hablando de programas de capacitación genéricos. Estamos hablando de una cultura de aprendizaje integrada en el día a día.
Las empresas que entienden esto han creado modelos educativos internos, alianzas con universidades, plataformas de e-learning, comunidades de aprendizaje. Todo con un objetivo claro: que el conocimiento se traduzca en acción. Que aprender no sea una actividad aislada, sino una práctica continua que impacte en los resultados del negocio.
Las grandes corporaciones han dado el paso con la creación de universidades corporativas. General Electric, Toyota, Disney y muchas otras han demostrado que invertir en el aprendizaje continuo de sus empleados no solo mejora la productividad, sino que también fortalece la cultura organizacional y el compromiso del equipo.
Pero no necesitas ser una multinacional para fomentar el aprendizaje. Puedes desarrollar programas internos, hacer mentorías entre empleados, promover el autoaprendizaje con recursos digitales y, sobre todo, asegurar que lo aprendido se aplique de inmediato en el trabajo diario.
La clave está en la gente
Liderar en tiempos de transformación digital significa ver más allá de los sistemas y las estrategias. Significa entender que la tecnología solo será poderosa si las personas la adoptan, la entienden y la convierten en una ventaja competitiva.
También significa asumir que el cambio no termina con la implementación de nuevas herramientas. La transformación digital es un proceso continuo, una mentalidad que debe permear toda la organización. Y para ello, necesitas una cultura que fomente la innovación, la colaboración y el aprendizaje constante.
Así que la pregunta no es «dónde implementar la próxima innovación digital?». La pregunta es: ¿Cómo haré que mi equipo la abrace y la use para crecer?
Si puedes responder eso, entonces estás liderando de verdad.
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Periodista: Enrique Raúl Vivas Pino
CNP: 15.730