La Guerra de los Diez Años, primera de las luchas independentistas, este 10 de octubre, cumple 156 años del inicio de la Revolución Cubana, que triunfa el primero de enero de 1959 y continúa en combate permanente para preservar su libertad, con las mayores amenazas de todos los tiempos.
En el centenario de ese levantamiento, Fidel Castro Ruz confirma: “Nuestra Revolución, con su estilo, con sus características esenciales, tiene raíces muy profundas en la historia de nuestra Patria (…) Nuestra Revolución es una Revolución y esa Revolución comienza el 10 de octubre de 1868…”
El Grito de Yara significa un cambio trascendente en el pensamiento de hacendados criollos, en un contexto político-económico de crisis, decididos a conquistar la independencia de la metrópolis española, liderados por Carlos Manuel de Céspedes.
Céspedes sabe que el alzamiento no puede esperar más, ni arriesgarse a demorarlo para una mejor organización, luego la historia le da toda la razón y Martí afirma: “de Céspedes el ímpetu y de Agramonte la virtud”, y Fidel define: “aunque hubo también mucho de ímpetu en Agramonte y mucho de virtud en Céspedes”.
En su finca La Demajagua Céspedes liberta a sus esclavos y los insta a unirse a la contienda junto a otros terratenientes decididos también a sumarse y allí dio a conocer el “Manifiesto de la Demajagua”, con exclamaciones de ¡Viva Cuba libre!
En el primer combate la bisoña tropa se esparce y con Céspedes permanecen unos pocos combatientes. Alguien, desalentado, afirma: ¡Todo se ha perdido!
A lo que el Padre de la Patria, con gran estoicismo responde: “¡Aún quedan doce hombres: bastan para hacer la independencia de Cuba!”. Como lo repite Fidel en Cinco Palmas, en 1956, después del desembarco del Granma.
Es un revés la primera acción de guerra, pero Céspedes, con su intransigencia continúa y el mundo conoce del inicio de la Revolución Cubana.
Más tarde Martí, al mencionar la actitud de Céspedes, sus discrepancias sobre el aplazamiento del movimiento con otros revolucionarios, afirma: “Aplazar era darles tal vez la oportunidad a las autoridades coloniales vigilantes para echárselo encima”.
La Guerra de los Diez Años, Guerra del 68, Guerra Grande o la Guerra de Cuba como se conoce en España inicia así hace 156 años, como motor impulsor que transmite la suficiente energía a los posteriores levantamientos en Oriente, Camagüey y Las villas con un carácter nacional a la lucha armada.
Por primera vez blancos y negros compartieran ideales y sacrificios, cientos y miles de esclavos fueran liberados por sus propios amos o por los patriotas insurrectos, y como dice Fidel: “… gente de pueblo compartiera honores y responsabilidades en un plano de igualdad con los hombres de la clase rica…”
Y los hechos históricos demuestran que aquella decisión de Céspedes es la correcta y lo patentiza el heroísmo de una Guerra durante 10 sacrificados años sin recursos, prácticamente desarmado, y desde el primer momento enseña la “clásica estrategia y el clásico método para abastecerse de armas, que era arrebatándoselas al enemigo”.
Fueron muchos los patriotas que descollan: Máximo Gómez, Maceo, Agramonte, Calixto García, Vicente García y otros que encabezaron batallas heroicas contra las huestes enemigas, con el grito temible de “al machete”.
Anteriormente a la Demajagua hay ideas independentistas, nacionalistas y anticolonialistas en diferentes manifestaciones, generalmente de tendencias reformistas, aunque existe también corrientes anexionistas que inspira ya el naciente imperialismo estadounidense.
Como sentencia el Apóstol de Cuba, quien más analiza la contienda de los 10 años para darle continuidad en 1895: “La guerra es allá en el fondo de los corazones, allá en las horas en que la vida pesa menos que la ignominia en que se arrastra, la forma más bella y respetable del sacrificio humano”.
Periodista: Enrique Raúl Vivas Pino
CNP: 15.730