Una gran imagen de los bolivianos y los 4.150 metros de altura de El Alto colocan séptima en la clasificación a la selección boliviana de manera provisional, ante una Vinotinto irreconocible
El fútbol es tan bonito como imprevisible, y otra prueba más de ello ha sucedido en la ciudad boliviana de El Alto. Allí, Bolivia y Venezuela han disputado la séptima jornada del clasificatorio al Mundial 2026 de México, Estados Unidos y Canadá, con la Vinotinto partiendo como clara favorita por su buen momento de forma. Sin embargo, Bolivia se ha impuesto por un contundente 4-0 para dar un vuelco a la tabla en un partido marcado por el dominio local, el golazo de Ramiro Vaca y los 4.150 metros de altura de la ciudad de El Alto, 510 metros por encima de La Paz -ciudad donde suele jugar el combinado boliviano-.
La primera parte comenzó muy accidentada, con jugadores por los suelos cada pocos segundos y poco fútbol destacable. Sin embargo, todo eso cambió en el minuto 13 de encuentro, cuando Vaca se sacó un zapatazo con la diestra que se coló por la escuadra de Romo. El gol hizo daño a Venezuela, quizás también mermada por unas condiciones atípicas, que no logró encontrar una respuesta en el primer tiempo.
Más allá de un remate aislado de Rondón, la Vinotinto apenas creó peligro, y cuando parecía que el gol de diferencia sería el resultado final antes de marcharse a vestuarios, un empujón tonto de Cádiz en un córner para Bolivia supuso un penalti a favor de Bolivia que Algaranaz mandaría a la red con un disparo raso. La sorpresa era mayúscula, y El Alto era una fiesta.
La segunda parte empieza como acabó la primera
Si la sorpresa era ya mayúscula de por sí, el inicio de los segundos 45 minutos terminó por confirmar la machada boliviana. En la primera jugada tras la vuelta de vestuarios, Vaca volvió a sacar su magia a relucir para dejar en bandeja el tercero a Miguelito, que había entrado en la primera parte por su hermano lesionado -el de Vaca-. Selecciones como Argentina o Perú habían visitado Bolivia para jugar en La Paz -3.640 metros de altura-, y esos 500 metros de diferencia hicieron mella en una Vinotinto irreconocible.
De poco sirvió la entrada de Darwin Machís, que dio otro color al ataque venezolano, ya que el encuentro estaba visto para sentencia. Todavía dio tiempo a otro gol más en los últimos minutos de un Monteiro que acababa de entrar y empujó el balón a la red, en un calco del tercer tanto que puso la guinda al partido. Esta victoria da alas a Bolivia y cortan el buen momento de forma con el que llegaba Venezuela. Con mucho todavía por jugarse hasta terminar el clasificatorio para el Mundial, lo que se puede sacar en claro es que cualquier selección que visite El Alto corre el riesgo de sufrir de lo lindo.
Periodista: Enrique Raúl Vivas Pino
CNP: 15.730