“En tres años, este será un equipazo”, vaticina, alzando el periscopio desde las profundidades de la tabla clasificatoria, el ejecutivo de Caribes de Anzoátegui Magglio Ordóñez Jr. Mientras, La Tribu atraviesa el Sinaí y lo siembra de futuro. La renovación oriental va en marcha y el precio a cancelar por la revitalización de sus filas es replegarse al fondo del beisbol profesional venezolano por tercera temporada consecutiva. El porvenir paga su noviciado con la promesa de un mañana mejor.
Con peloteros de 21 años de edad como José Fernández, Daniel Guilarte y Riskiel Tineo, Caribes pretende restaurar su época de apogeo, cuando ganó cuatro campeonatos y disputó siete finales entre las campañas 2010-2011 y 2021-2022. Las columnas que sostuvieron aquel éxito han ido cediendo con el tiempo y algunas ya han sido reemplazadas. Recientemente se fueron Tomás Telis y Luis Sardiñas y por ellos llegaron piezas de recambio como el infielder Leonel Valera y el jardinero Diego Infante, ambos de 25 años de edad. Posiblemente vendrán más depuraciones del antiguo régimen para oxigenar el roster.
“La idea es que muchachos como Fernández jueguen todos los días, aprendan, se fogueen y se vayan preparando para competir”, expone Ordóñez. Pero también hay que enseñarlos a ganar y ese es el propósito de Morgan Ensberg como mánager.
“Los jugadores se dividen entre ganadores y perdedores. No existen puntos medios”, asegura Ensberg, quien se precia de estar en el bando de los vencedores por ser el único pelotero del sistema MLB que ha sido campeón en categoría de novatos, Clase A, Doble A, Triple A y que, además, disputó una Serie Mundial. “A ganar se aprende y eso es lo que busco aquí. Ganar no significa hacerlo todos los años, sino con frecuencia a lo largo del tiempo. Aquí veo la actitud necesaria para eso y la estamos trabajando”.
EL MINI ALEX DE ORIENTE
El defensor del cuadro José Fernández es el miocardio del Anzoátegui emergente. “Es un mini Alex Rodríguez que tenemos aquí”, se envanece Ordóñez Jr. sobre el joven sucrense de 21 años de edad, quien con su 1,90 de estatura se alza cual palmera de Playa Medina sobre el cuadro del Alfonso Chico Carrasquel.
“Fernández en defensa es solvente y en ofensiva, sobresaliente. Para mí está entre los tres mejores peloteros jóvenes en la liga. Ofrece turnos de calidad. Será fundamental”, avizora Otto Padrón, gerente deportivo de la organización.
Fernández se entusiasma por la fe en él depositada. No rehúye el compromiso, ni le teme. “Me contenta saber que Caribes cuenta conmigo”, sostiene el aprendiz de los Cascabeles de Arizona, cuyo promedio de .312 y .900 de OPS lo certifican como puntal de la ofensiva indígena. “Todos estamos aprendiendo de los coaches y de los veteranos. Para eso estamos trabajando y seguro vendrán cosas buenas”.
Se nota que Fernández está aprendiendo a ganar, como diría Ensberg. Días atrás dio un jonrón de dos carreras en el séptimo y último episodio para evitar una derrota contra los Leones del Caracas en Puerto La Cruz durante el primero de una doble cartelera. Ya son cinco bambinazos para el cumanés en 125 turnos. “Ese es el trabajo que he venido haciendo desde Spring Training y lo he complementado con lo aprendido aquí”, detalla Fernández.
GUILARTE, LIBRE DE PECADO
Desde la contienda 2022-2023, Anzoátegui es uno de los elencos más erráticos del beisbol profesional venezolano, con 161 pifias a la defensa. La gerencia considera que un mozalbete de 21 almanaques es capaz de hacer menos pecaminosa a la escuadra. Daniel Guilarte, otro cumanés, edifica una tapia al fondo del abanico. Una sola marfilada lleva en 62 lances.
“Su guante está a nivel de Grandes Ligas”, subraya Otto Padrón. “Desde que está jugando ha estabilizado bastante la defensa. Con él hemos ejecutado más dobleplays. Muchos batazos que antes pasaban ahora no pasan y eso ayuda a equilibrar la labor de los lanzadores. Daniel Guilarte va a ser el shortstop del nuevo Caribes. Ese es el plan”.
Guilarte tiene vocación de defensor. “La defensa es mi fuerte, siempre lo ha sido”, enfatiza la promesa de los Cerveceros de Milwaukee, quien, al igual que su coterráneo, coetáneo y conmilitón Fernández da un paso al frente cuando de asumir retos se trata. “Es una gran responsabilidad ser el campocorto del futuro para Caribes”, afirma Guilarte con compostura. “Seguiré trabajando para ganarme esa posición, que es mi ubicación natural, aunque puedo cubrir otras. Para mí sería un orgullo jugar todos los días con Caribes”.
Guilarte está lejos de ser un jugador ultradefensivo. Su bajo promedio de .206 hasta la jornada del miércoles 4 de diciembre eclipsa su capacidad para despreciar las bolas malas, abundantes en esta zafra, y ganarse la primera para alimentar un porcentaje de embasado que asciende a.349, más alentador, aunque todavía por debajo del promedio nacional de .365 en la 24-25. “Guilarte tiene gran inteligencia y supera a los de su edad en controlar su ansiedad a la hora de hacer swing”, precisa el gerente deportivo, Otto Padrón.
Guilarte valora más su capacidad de hacer swing que su voluntad para contenerse. “Siempre me enfoco en los pitcheos que están cerca de mi cuerpo para mantenerlos en strike”, expresa. “Siempre ha confiado en mis manos, en la rapidez de mis manos. Me considero un pelotero de contacto, pero seguramente desarrollaré fuerza”.
Con esta suma de elementos, Guilarte espera ponerse a la vanguardia en el renacer de Caribes. “El equipo tiene una buena camada de jóvenes. Somos el futuro de Caribes”, enfatiza. “Si siguen confiando en nosotros vamos a seguir trabajando, desarrollándonos, adaptándonos a esta liga. Aquí hay muchos peloteros de experiencia, con varios años acá y ellos nos han aconsejado sobre cómo abordar este circuito. Seguiremos preparándonos para darle muchos títulos a Anzoátegui. Aquí en el clubhouse siempre se ha hablado sobre tener mente ganadora, que el propósito al salir al campo sea siempre ganar, así después no lo logres. El mánager nos ha dado la confianza para salir a competir”.
Guilarte disputó 110 juegos esta temporada en la sucursal Clase A de Milwaukee
VALERA EN EL PUERTO
Una de las señales de que la renovación anzoatiguense caminaba a pie firme fue el cambio con Cardenales de Lara por el cual los orientales entregaron al catcher de 33 años de edad Tomás Telis por el infielder de 25 Leonel Valera. En el plan original para este torneo, Valera era el torpedero principal. “Tiene fuerza, pero no ha sido consistente”, explica Otto Padrón. “Eso le ha restado juego, pero tiene el talento para ser un bateador de esta liga. Va a aportar promedio y poder. Por su físico lo estamos usando más en las esquinas”.
Valera se mantiene entusiasta y es un creyente de la prosperidad futura para Caribes. “Vine aquí a asumir cualquier posición y cualquier orden al bate”, dice el barinés, quien viene de jugar Doble A para los Reales de Kansas City. “Somos peloteros jóvenes con talento y conforme vamos jugando adquirimos más experiencia. Eso nos va a ayudar. La idea es ir madurando en el juego. Tenemos demasiado equipo. Sé que cuando hagamos click no nos parará nadie”.
Leonel Valera llegó en un cambio con Cardenales de Lara por el receptor Tomás Telis
RAÍZ CUADRADA EN EL JARDÍN DE INFANTE
Vista la prolongada ausencia de Rafael “Balita” Ortega, la inaccesibilidad de un Víctor Reyes triunfante en Asia y la merma natural de un bastión como Willians Astudillo, la directiva de Caribes acometió la empresa de reabastecerse de jardineros que flanquearan a Herlis Rodríguez, presente y futuro en el bosque central de los nativos. Fue así como llegaron, en distintas transacciones, Romer Cuadrado, de 27 años de edad, y Diego Infante, de 25. Cuadrado es el máximo remolcador del club (26) e Infante ha sacado cinco pelotas en 68 turnos desde su llegada de Tiburones de La Guaira. “Cuadrado va a ser un componente esencial del medio de nuestro lineup”, desgrana Magglio Ordóñez Jr.
“Me siento muy cómodo acá”, concede Cuadrado. “Estoy más tranquilo porque en Caribes no tengo la incertidumbre sobre cuándo estaré en el lineup”. El monaguense solo tomó dos turnos con los Navegantes del Magallanes esta temporada antes de ser transferido a Anzoátegui junto al lanzador Leonel Sequera por el infielder grandeliga Diego Castillo.
Algo similar le pasó a Diego Infante, quien había disputado un juego con Tiburones de La Guaira durante este certamen cuando lo mandaron a Puerto La Cruz por el relevista Mauricio Llovera. “Infante ha sido una pieza fundamental. Ya está en medio de la alineación, hace buen trabajo defensivo y será uno de nuestros outfielders para el futuro, al igual que Gabriel González, quien no ha podido venir por mandato de su organización, aunque esperamos lo haga pronto”, advierte el gerente deportivo, Otto Padrón.
“Creo que la confianza que me ha dado el cuerpo técnico de Caribes tiene que ver con que los batazos estén saliendo”, manifiesta Infante. “Sé que no tuve un año muy productivo en Estados Unidos, pero pasé la página y eso me ha ayudado. Somos un grupo joven con algunos veteranos, como siempre debe haber en los equipos. A la larga tendremos un club competitivo y vamos a dar pelea en esta liga”.
Diego Infante acumula cinco jonrones esta zafra con Caribes
EN LA LOMA ESTÁ LA CLAVE
Durante sus 33 años de existencia en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional, Caribes de Anzoátegui ha intercambiado fuego a discreción con sus enemigos. Batazos van, batazos vienen. A palazos ganaron sus cuatro títulos.
En el Anzoátegui que viene, el pitcheo copará la escena, si lo dejan.
“Tenemos un talento inmenso en pitcheo”, se ufana Otto Padrón. “El problema son las restricciones y prohibiciones. Hace tres semanas cuatro de nuestros lanzadores recibieron instrucciones de no lanzar en días consecutivos. Eso nos hipoteca el bullpen. La medida afectó a Leonard García, Gabriel Yánez, Rafael Marcano y Harold Chirino. Suma a Risquiel Tineo y Saúl Terán, que ya tenían limitaciones”. Varios de ellos ya han sido extraídos del roster por instrucciones de sus jefes del Norte.
Uno de los casos que más dolió en Puerto La Cruz fue el del escopetero diestro de los Mets de Nueva York Joander Suárez, quien este año escaló hasta AAA. “Lo teníamos listo para debutar en la liga y el 12 de octubre, cuando se iba a subir al autobús para comenzar la temporada, llamaron los Mets y lo pararon”, lamenta Padrón. “Teníamos también a Kervin Ramírez, de los Dodgers, que apenas lanzó 50 innings y lo enviaron a la Arizona Fall League. A Jedixson Páez, de Boston, le negaron el permiso, Tampoco se lo dieron a Raimon Gómez, que fue sometido a operación Tommy John y debe llegar pronto a Grandes Ligas”.
Y la lista crece: el grandeliga Yilber Díaz no recibió el beneplácito de los Cascabeles de Arizona. El mánager Ensberg tampoco puso disponer del lastimado Royber Salinas.
Riskiel Tineo, adquirido recientemente de los Tigres de Aragua en el canje por el exbigleaguer Luis Sardiñas, toma la palabra por el pitcheo que vendrá para Caribes. “Este equipo me ha dado la oportunidad, la confianza para que yo pueda hacer mi trabajo y me siento seguro de que en cualquier momento saldré a cumplir”, suelta Tineo, barcelonés de 21 años de edad. “Siento que todos mis pitcheos están nasty. Uso mucho los rompientes para buscar dobleplays y salir de los innings. Tenemos un gran equipo y sé que llegaremos a donde queremos estar. Queremos ser campeones pronto”.
Para Caribes fue un revés que el veterano receptor Carlos Pérez, tomado en cambio con Magallanes la zafra pasada, no haya venido a jugar. “Era ese cátcher con experiencia que nos podía ayudar a conducir al pitcheo con menor promedio de edad en la liga”, se resigna Padrón. Con Pérez detrás del home y la pericia de Mike Álvarez como coach de lanzadores, Anzoátegui esperaba resolver su déficit de serpentineros establecidos.
“Es un problema depender de jugadores de ligas menores porque, al comenzar a despuntar, empiezan a ser restringidos, no los vejan venir o los ponen en fatiga extrema. Pero es lo que intentamos hacer”, expone Otto Padrón. “Con el juego diario, enfrentando a veteranos, van a ir creciendo. La idea es competir el año que viene”. Mientras, Morgan Ensberg aprende español y enseña a los muchachos a ganar, así no sea ahora.
Periodista: Enrique Raúl Vivas Pino
CNP: 15.730