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09 de octubre: 466 años de la fundación de la ciudad de Mérida

Este miércoles, 09 de octubre, se cumplen 466 años de la fundación de la ciudad de Mérida, capital del estado homónimo. La bien conocida «Ciudad de los Caballeros» es considerada como la capital estudiantil del Occidente del país debido a su vasta variedad de institutos educativos.

Reconocida como una de las principales localidades de los Andes venezolanos, fue fundada en tres ocasiones distintas, siendo la primera de ellas el 09 de octubre de 1558 por el capitán Juan Rodríguez Suárez, como parte de la Nueva Granada.

Sin embargo, pasó a pertenecer a la Capitanía General de Venezuela, donde fue de suma importancia durante la Guerra de independencia.

Recibió su nombre de parte de su fundador, quien la bautizó de este modo en honor a su ciudad natal, Mérida, en Extremadura, España. A su vez, el topónimo de la palabra deriva del latín «Emerita», con un significado de jubilada o veterana.

Sin embargo, Juan de Maldonado la renombraría como San Juan de las Nieves. En 1559, volvió a cambiar el nombre optando esta vez por Santiago de los Caballeros.

Progresivamente, se fue adoptando la denominación Santiago de los Caballeros de Mérida, forma que combinaba las variantes con que se había designado a la ciudad hasta entonces.

Ubicación geográfica

Mérida se encuentra asentada a una altitud de mil 600 metros sobre el nivel del mar, en la parte central de la cordillera andina venezolana, en una amplia terraza del valle medio del río Chama, entre la Sierra Nevada por el sureste y la Sierra La Culata por el noroeste.

El relieve es casi plano en la parte central de la ciudad por ubicarse en una meseta. No obstante, presenta una inclinación media de 3 a 7 grados, lo que determina una diferencia de altura entre las partes bajas y altas de la misma que supera los mil metros, siendo el punto medio los mil 610 msnm tomados a la altura de la Plaza Bolívar, centro histórico de la ciudad.

Como telón de fondo, en el horizonte merideño destacan las cinco cumbres más elevadas del país, entre ellas el pico Bolívar con sus 4 mil 978 msnm.

Posee un clima oceánico con temperaturas moderadas debido a su situación geográfica dentro de la cordillera andina y a su gran altitud. En las zonas y montañas circundantes el clima es templado de montaña.

Aunque últimamente se ha generado un aumento en la temperatura, ésta se ha mantenido más baja (en términos relativos) que en las otras ciudades importantes del país.

No obstante, la misma varía de norte a sur según la altitud. El norte de la ciudad se encuentra más alto, a unos mil 800 msnm manteniendo una temperatura promedio de 15°C.

Por su parte, el sur posee un clima más cálido por encontrarse a unos mil 400 metros sobre el nivel del mar, presentando una temperatura promedio de 21°C.

Reseña histórica

Inicialmente, la meseta sobre la que se asienta actualmente la ciudad de Mérida estuvo habitada por algunos grupos indígenas, siendo los tateyes o tatuyes los más conocidos.

Estos dependían de la agricultura para su subsistencia, en especial del cultivo del maíz y de algunas raíces; además obtenían distintos rubros gracias al trueque con indígenas asentados en otras zonas de lo que hoy día es el estado Mérida.

Tras su fundación, la ciudad dependió del corregimiento de Tunja hasta que, en el año 1607, se constituyó como corregimiento de la Real Audiencia de Santafé.

En 1622 pasó a convertirse en la capital de la Gobernación de Mérida, y el máximo mandatario de la misma estableció allí su residencia.

Sin embargo, tanto la ciudad como la Gobernación pasaron a formar parte de la Nueva Granada hasta el año 1777, momento en que se integraron a la Capitanía General de Venezuela.

En 1785 fue elevada a la categoría de Sede Episcopal, esto dio lugar a la creación de un seminario, que en 1811 se convertiría en la actual Universidad de Los Andes (ULA).

Cultura y arquitectura merideña

La cultura de la ciudad se encuentra muy relacionada al folklore andino, siendo la principal representante de dicho tradición en el país, y, muchas veces, definiéndolo.

Los merideños, con amplia inclinación por la cultura y el conocimiento, se caracterizan por sus tradiciones bien conservadas y particularmente pausadas.

Mérida es sede de varias festividades locales que cuentan con gran relevancia a nivel nacional e internacional, en su mayoría de procedencia o dedicación religiosa.

Entre ellas destaca la Feria Internacional del Sol, la más notable de la ciudad, que se lleva a cabo los primeros días del mes de febrero. Otra tradición religiosa bien conocida en el país es La paradura del Niño, la cual se realiza desde el 01 de enero hasta el 02 de febrero de cada año.

En el caso de la arquitectura, «la ciudad de las nieves eternas» también es reconocida por la cantidad de parques y edificios coloniales bien preservados que posee.

Además, el desarrollo educativo de la ciudad, promovido por su principal universidad (la ULA), ha contribuido a la creación de museos, bibliotecas y centros de estudios y observación, como el Centro de Investigaciones de Astronomía ubicado a algunos kilómetros de la ciudad y que sirve a la observación espacial.

Entre sus principales atractivos turísticos se encuentra Teleférico de Mérida, el más alto y el segundo más largo del mundo por sólo 500 metros.

Posee 12,5 kilómetros de trayecto, alcanzando una altura de 4.765 m.s.n.m, haciéndolo una obra de ingeniería, que fue tradicionalmente única en su tipo. Va desde la ciudad de Mérida hasta la cima del pico Espejo dentro del Parque nacional Sierra Nevada.

Adicionalmente, la ciudad alberga una veintena de edificios religiosos entre los que destaca la Catedral Metropolitana, Basílica menor de la ciudad, construida a semejanza de la Catedral de Granada, en España, y en honor a la Inmaculada Concepción, patrona de la ciudad.

Merideños ilustres

Asimismo, «el techo de Venezuela» es cuna de variedad de escritores, poetas e historiadores como Humberto Tejera, poeta, escritor y ensayista; Tulio Febres Cordero, quien consagró su obra a recopilar las costumbres y leyendas merideñas; el historiador Caracciolo Parra Pérez y su extensa bibliografía sobre la independencia venezolana.

Además, del prosista Mariano Picón Salas, autor de «Viaje al amanecer» (1943), novela autobiográfica en la que plasma los recuerdos de la Mérida de principios del siglo XX; Oswaldo Trejo, narrador experimental quien recrea su infancia merideña en la novela de aprendizaje «También los hombres son ciudades» (1962) y el cuentista Antonio Márquez Salas.

Periodista: Enrique Raúl Vivas Pino

CNP: 15.730

Soy Comunicador Social egresado de la UCSAR Mención Comunicación Organizacional