17 Años de la Beatificación de la Madre Candelaria de San José Estadio Universitario de Caracas el 27 de abril de 2008



Hace 17 años La Madre Candelaria de San José fue reconocida por la Santa Sede como Beata, siendo la segunda venezolana en alcanzar la gloria de los altares. La ceremonia tuvo lugar en el Estadio Universitario de Caracas el 27 de abril de 2008.
Esta noble mujer de corazon aguerrido y enamorada de Dios consagró su servicio a los más necesitados en un duro momento de la historia del país, resaltando en poder femenino inspirado por el Espiritu Santo
Hoy nos unimos en oración sincera e incansable por su pronta canonización.
La beatificación de la Madre Candelaria de San José fue una ceremonia que tuvo lugar en el Estadio Universitario de Caracas, Venezuela, el 27 de abril de 2008, en donde estuvieron presentes más de 50.000 personas, para beatificar a Susana Paz-Castillo Ramírez, convirtiéndose en la segunda beata venezolana, después de la Madre María de San José.
Proceso de beatificación
Su beatificación fue aprobada por el Papa Benedicto XVI en Roma el 24 de abril de 2008, y según investigación realizada por la Congregación para la Causa de los Santos, La Madre Candelaria de San José tiene aprobado un milagro. En 1995, la señora Rafaela Meza de Bermúdez, residente en Altagracia de Orituco, le fue diagnosticado un embarazo de alto riesgo, con síntomas de insuficiencia cardíaca, anemia y preeclampsia. En la semana 29 de gestación, se le práctico un ecosonograma que mostró ausencia de actividad en el corazón del feto, y por ende, su muerte. La señora Rafaela oró con mucha devoción a la Madre Candelaria de San José y cuando los médicos fueron a limpiar su útero, vieron nacer con asombro a una niña, luego bautizada con el nombre de Milagros Candelaria. Este “milagro viviente” como denominan a Milagros algunos de sus paisanos de Altagracia de Orituco, estuvo presente en el acto de Beatificación.
El representante de la Santa Sede, Su Eminencia Cardenal José Saraiva Martins, Prefecto para la Congregación para las Causas de los Santos, proclamó que la venezolana Candelaria de San José, fundadora de las Hermanas Carmelitas de ese país, fue considera hija del honor de los altares y lo proclamó el 6 de julio de 2008 el Papa Benedicto XVI, para que luego el domingo 27 de abril del mismo año, ya decretada su beatificación por aprobación papal, se llevará cabo la ceremonia para beatificar a la Madre Candelaria.
Acto de beatificación
Al ser declarada beata la Madre Candelaria, fue decretado el 1° de febrero como el día de su festividad.
Estuvieron presentes grupos musicales, medios de comunicación, figuras religiosas, varias congregaciones del país, invitados del extranjero, entre otros, así como la joven Milagros Candelaria Bermúdez, quien recibió el milagro de Madre Candelaria, su madre Rafaela Meza de Bermúdez y demás familiares.
Cabe resaltar que también estuvieron presentes figuras políticas tales como Henrique Capriles, Leopoldo López y su esposa Lilian Tintori, entre otros representantes opositores venezolanos. Por otro lado, por los simpatizantes del gobierno, estuvo presente el gobernador del estado Guárico Eduardo Manuitt, a excepción de la gran mayoría del gabinete de gobierno, así como el propio presidente Hugo Chávez.
Acto de beatificación de la Madre Candelaria en el estadio universitario de Caracas.
Fundadora de las
Hermanas Carmelitas de la Tercera Orden Regular de Venezuela
“Hermanas Carmelitas de la Madre Candelaria”
Martirologio Romano: En Altagracia de Orituco, Venezuela, beata Candelaria de San José (Paz Castillo Ramírez), virgen, fundadora de las Hermanas Carmelitas de la Candelaria. († 1940)
Fecha de beatificación: 27 de abril de 2008, en una ceremonia presidida por el Cardenal José Saraiva Martins, en representación de S.S. Benedicto XVI.

Susana Paz Castillo Ramírez, tercera hija del matrimonio de Francisco de Paula Paz Castillo y María del Rosario Ramírez, nació en Altagracia de Orituco (Estado Guárico, Venezuela), el 11 de agosto de 1863.
Su padre era un hombre recto y honrado, de gran corazón y profundamente cristiano; gozaba del aprecio y estima de todos los habitantes; poseía conocimientos de medicina naturista y los empleaba para ayudar a mucha gente que solicitaba sus servicios. Su madre era una persona piadosa, trabajadora y honrada.
Tanto ella como don Francisco brindaron a sus hijos una educación tan esmerada como lo permitían las circunstancias de su tiempo. En el aspecto cristiano fue óptima: les infundieron el ejemplo y la palabra, la solidaridad y la responsabilidad en las prácticas de la fe cristiana y valores humanos.
Su instrucción académica, aunque escasa y deficiente, propia de la época que le tocó vivir, no fue un impedimento para su formación integral: frecuentó una escuela particular donde dio sus primeros pasos en la escritura y el cultivo de su apasionamiento por la lectura. Además, aprendió corte y confección y toda clase de labores, especialmente bordados. Este aprendizaje fue un valioso recurso para su posterior servicio a los más necesitados.
Su padre murió el 23 de noviembre de 1870, cuando Susana contaba con 7 años de edad. Cuando murió su madre, el 24 de diciembre de 1887, Susana, que tenía 24 años, asumió las responsabilidades de diligente ama de casa. A la vez, se encargaba de practicar la caridad con los enfermos y heridos que recogía y cuidaba en una casa semi-abandonada, adjunta a la iglesia parroquial.
Junto con otras jóvenes de su pueblo y con el apoyo de un grupo de médicos y del padre Sixto Sosa, párroco de Altagracia de Orituco, fundó un hospital para atender a todos los necesitados. Allí, en hamacas y catres de lona, que ella misma confeccionaba, los atendía.
Con la fundación de este centro de salud, en 1903, se dio inicio a la familia religiosa de las Hermanitas de los Pobres de Altagracia, actualmente denominada Hermanas Carmelitas de la Madre Candelaria. El 13 de septiembre de 1906, con autorización del obispo diocesano, la madre Susana hizo su profesión religiosa tomando el nombre de Candelaria de San José.
El 31 de diciembre de 1910 nació oficialmente la congregación de las Hermanitas de los Pobres de Altagracia con la profesión de las primeras seis hermanas, en manos de mons. Felipe Neri Sendrea, quien confirmó a la madre Candelaria como superiora general. En diciembre de 1916 emitió sus votos perpetuos en Ciudad Bolívar.
Su vida transcurrió entre los pobres; se distinguió por una profunda humildad, una inagotable caridad con ellos, y una profunda vida de fe, oración y amor a la Iglesia. Además de su esmerada atención por los enfermos, se preocupó por la educación de los niños, tarea que dejó como legado a sus hijas carmelitas.
La madre Candelaria era una religiosa de carácter afable, recogida, de baja y modesta mirada; siempre dejaba suavidad en cuantos la escuchaban cuando departía su cordial y amena conversación.
Dos cosas llamaban poderosamente la atención en ella: su profunda humildad y su inagotable caridad. Tenía una gran sensibilidad ante las desgracias ajenas; nunca decía “no” a nadie, sobre todo cuando se trataba de enfermos pobres y abandonados.
Otra característica de su entrega era la alegría; todo lo hacía con amor y una confianza sin límites en la divina Providencia. Sus grandes amores fueron Jesús crucificado y la santísima Virgen. Recorrió muchos kilómetros en busca de recursos para el sostenimiento de sus obras y fundando nuevas comunidades que respondieran a las necesidades del momento.
Gobernó la congregación durante 35 años, desde su fundación hasta el capítulo general de 1937, en el que le sucedió en el cargo la madre Luisa Teresa Morao.
Los últimos años de la madre Candelaria estuvieron marcados por el dolor y la enfermedad. No obstante, después de dejar el cargo de superiora general, aceptó seguir prestando sus servicios a la congregación como maestra de novicias.
Tenía plena conciencia de su enfermedad, pero con increíble paciencia soportaba los dolores y daba pruebas de conformidad con la voluntad de Dios. Pedía al Señor poder morir con el nombre de Jesús en los labios, y así fue.
En la madrugada del 31 de enero de 1940 tuvo un vómito de sangre. Tras pronunciar tres veces el nombre de Jesús, entregó su alma al Creador.
El 22 de marzo de 1969 se inició en la ciudad de Caracas su proceso de beatificación y canonización. Benedicto XVI firmó el decreto de beatificación el 6 de julio de 2007.
Periodista: Enrique Raúl Vivas Pino
CNP: 15.730
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